Al menos el proyecto de ley SB 868/HB 743 de Florida, el de "Uso de redes sociales por menores", no se anda con rodeos: exige que las plataformas "proporcionen un mecanismo para descifrar el cifrado de extremo a extremo cuando la policía obtenga una orden judicial". Normalmente, este tipo de exigencias radicales se esconden tras humo y espejos, pero ahora Florida lo deja claro: quiere una puerta trasera en cualquier red social con cifrado de extremo a extremo que permita cuentas para menores. Esto probablemente hará que las empresas eliminen el cifrado para menores, dejándolos más expuestos en línea.

El cifrado es la mejor herramienta para proteger nuestras comunicaciones. Es igual de importante para jóvenes que para adultos, y la idea de que Florida "proteja" a los menores debilitando su seguridad es peligrosa y ridícula.

El proyecto no solo invade la privacidad, sino que pide algo imposible. Como demostró el caso de Salt Typhoon, no se puede crear una puerta trasera solo para los "buenos", y menos para usuarios menores de edad. Al fin y al cabo, los menores hablan con sus familias y amigos, y merecen la misma privacidad que todos. Da igual si las empresas ofrecen "mecanismos para descifrar" el cifrado o lo eliminan para menores: la privacidad de todos sale perdiendo.

Si esto te suena, es porque el año pasado hubo un intento similar del Fiscal General de Nevada. El argumento siempre es el mismo: "la policía necesita acceso a los mensajes en investigaciones". Pero en la práctica, esto no funciona.

En nuestro informe amicus curiae en Nevada, señalamos que hay argumentos sólidos de que métodos como las denuncias de usuarios son "más útiles que espiar conversaciones para detectar abusos en línea". Y eso aplica igual para Florida.

La policía ya puede investigar mensajes cifrados. Incluso con cifrado de extremo a extremo, pueden acceder a los mensajes desde los dispositivos del remitente o receptor, especialmente si tienen acceso físico al aparato. El proyecto también prohíbe a menores usar mensajes efímeros (como los que se autodestruyen), pero, ojo: ¡igual se pueden guardar o reportar esos mensajes! Atacar funciones específicas no protege a nadie, pero sí jode la privacidad de todos.

El SB 868/HB 743 amplía la ley HB 3 de redes sociales de Florida, aprobada en 2023 y que ni siquiera está en vigor por las demandas que la acusan de inconstitucional. De hecho, la demandaron de inmediato, alegando que viola la libertad de expresión. Esa pelea sigue activa —y debería ser una señal de alarma. Florida debería dejar de inventar leyes imposibles de aplicar.

Debilitar el cifrado hasta inutilizarlo no es una opción. Los menores (y quienes los rodean) merecen comunicarse en privado sin que la policía los vigile. Florida debe rechazar este proyecto. En vez de jugar con la privacidad de los jóvenes, debería enfocarse en protecciones reales: mejorar las leyes de privacidad para todos y enseñar alfabetización digital en las escuelas.

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